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FORMELL DELEITA CON SU SON
POETICAMENTE RADICAL[/b]

El gran error de Juan Carlos Formell en Cuba
fue practicar yoga. Eso fue suficiente
para despertar la sospecha del estado
y desencadenar amenazas oficiales
y vigilancia gubernamental contra él.

MIAMI · El gran error de Juan Carlos Formell en Cuba fue practicar yoga. Eso fue suficiente para despertar la sospecha del estado y desencadenar amenazas oficiales y vigilancia gubernamental contra él. De nada sirvió la intercesión de su padre, Juan Formell, director de la archifamosa banda Los Van Van y uno de los músicos más famosos de Cuba por más de 30 años. Otro error de Formell en Cuba fue insistir en su predilección por la música cubana tradicional existente antes de la llegada al poder de Fidel Castro, como el son. Por no comulgar con la Nueva Trova -- género popularizado por Silvio Rodríguez y Pablo Milanés desde la década del 1970 -- ni con otros estilos autorizados por el estado, Formell se encontró marginado como músico. "Es la cosa normal del propio sistema. La gente dice que en Cuba hay escuelas y toda esa historia, pero es muy difícil crear cosas nuevas", dice en una entrevista desde su apartamento en Queens, Nueva York. Hostigado a nivel personal y arrinconado como músico, Formell aprovechó una estadía en México en 1993 y cruzó a nado el Río Grande, casi ahogándose en el intento. Tan pronto tocó tierra estadounidense, la migra lo encarceló. Unos meses después salió y se estableció en Nueva York. "Aquí tuve el sentimiento auténtico de lo que es ser libre artísticamente y como persona", dice Formell. El guitarrista, bajista, cantante y compositor de 38 años empezó de cero en la Gran Manzana, tocando en las estaciones del tren subterráneo, y poco a poco se fue abriendo paso, hasta que logró amparo discográfico. Sus dos discos Songs from a little blue house (1999) y Las calles del paraíso (2002) -- han recibido excelentes críticas; el primero, de hecho, fue nominado a un Grammy en la categoría Traditional Tropical Latin Performance. Su música orbita alrededor de ritmos tradicionales cubanos, mientras gira con compases modernos. Es, como él mismo explica, una redefinición de la música cubana a través de la combinación de la belleza melódica de la trova tradicional con ritmos y armonías progresivas. "En mi música doy una interpretación de la realidad que veo en cada momento", asegura. Formell dice seguir por este camino con sus canciones nuevas, las cuales estará presentando en un tour llamado Son Radical, que comienza en Miami el 21 de noviembre en el club Hoy como ayer. En estas nuevas canciones, Formell parte de la esencia del son cubano y de sus raíces, pero inyectándole amperaje: la guitarra acústica de sus primeros dos discos se queda en el estuche, sustituida por una guitarra eléctrica. Ahora opta por un conjunto cercano al rock, en vez de una banda de corte tropical. O sea, algo así como ir de vuelta al futuro. "El rock mío es el son radical", dice. El tour, que también visitará New Orleans, Houston, Denver y ciudades en la costa oeste, precede a la grabación del disco, porque la idea es tocar estas nuevas canciones en vivo con diferentes invitados en cada ciudad hasta que cuajen bien, dice Dita Sullivan, esposa y manager de Formell. (El percusionista Wickly Nogueras es el invitado en Miami.) La decisión de comenzar este tour en Miami es riesgosa, admite Sullivan. A Miami, Formell viene muy poco a tocar por falta de interés en el tipo de música alternativa que él desarrolla. No se presenta en Miami desde 1999. Sin embargo, que Formell se presente en Hoy como ayer no es coincidencia. El lideró la banda que tocó cuando el local abrió sus puertas en 1995 con el nombre Café Nostalgia, una contratación que duró alrededor de un mes. Esa estadía en Miami lo conmovió al sumergirlo en la cultura cubana por primera vez desde su escape e inspiró las canciones de su primer disco. "Me di cuenta que había un hueco que llenar sobre la nueva posición de la nueva generación en cuanto a lo que era la música cubana. Yo como artista aquí en el exilio me sentí con esta responsabilidad", dice. "Yo tenía nostalgia no por el pasado sino por el futuro".

Por Juan Carlos Pérez Rodríguez
El Sentinel
Florida
E.U.
Noviembre 18, 2003

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