La democracia hipócrita
Publicado el 13 de April, 2007 en Opinion
El miércoles 28 de marzo asistí a un seminario organizado por la Fundación Atlas en el que exponía Carlos Granier, un analista y periodista venezolano, quien vino a explicar cómo había llegado su país a la actual situación de autoritarismo, personalista y populista, y cómo continuaría consolidándose este modelo hasta derivar en un régimen totalitario, al estilo de un fascismo izquierdista.
En resumen, los pasos fueron (no están en orden cronológico, por falta de buena memoria mía):

a) Descabezar las cúpulas de las fuerzas armadas y de seguridad; A su sunción, éstos eran, increíblemente (o no), compañeros del movimiento que lo llevó al poder y que se consideraban sus pares. Esto hizo que se sublevaran ante el evidente uso personalista del poder. Cuándo fracasó la asonada aprovechó para destituirlos y los reemplazo por gente subordinada a él, para tener la fuerza militar y de policía controlada. En 2003, también en Argentina se eliminó de un plumazo varios niveles de mandos superiores con sobrada experiencia, que les daba una carrera madurada, para colocar militares con muchos menos años de ejercicio del mando; pero que estuvieran subordinados al Presidente. Hago esta aclaración porque esto sólo se hubiera justificado si hubiera habido algún espíritu golpista o de sublevación en los desplazados; pero no era así. Durante más de 20 años, las fuerzas armadas y de seguridad han demostrado que están subordinadas a la Poder Político dentro del marco de la Constitución Nacional.


b) Controlar la justicia: Aumentó el número de miembros del equivalente venezolano de la Corte Suprema , echó a algunos de los que estaban y puso gente propia hasta diluir el poder de los que sobrevivieron a la purga. En Argentina, se removió a la mayoría de los miembros de la Corte Suprema existente al inicio del mandato. Todo esto luego de un mensaje presidencial en el que conminó al Congreso a destituir a dichos altos jueces, una aberrante violación del principio republicano y constitucional de independencia e igualdad entre los poderes del Estado, que hoy se repite, y que entonces la mayoría de la gente aplaudió. Si bien no se puso gente subordinada al Presidente, sí se designaron jueces ideológicamente afines para, así, tener a la Corte en una línea paralela. Este es el motivo por el cuál, en los países serios, se evita que un presidente haga grandes cambios proporcionales de los tribunales superiores.

Se reestructuró el Consejo de la Magistratura para poder contar con los votos necesarios para manejarlo desde el Poder Ejecutivo. Cabe aclara que éste es el organismo que nombra y remueve los jueces. Ahora, se intenta echar a algunos miembros de la Corte de Casación Penal por temas relacionados con demoras en los juicios por lo sucedido durante la dictadura militar. Sin embargo mientras estuvieron legalmente vigente las leyes de obediencia debida y las amnistía (es decir hasta hace poco) no podían hacer mucho. Por otro lado, los tribunales están abarrotados de causas y todas están demoradas, no sólo esas, que fueron inmediatamente rehabilitadas al caer las normas que impedían avanzar. No parece que en las que está involucrado el gobierno por sospechas de corrupción haya tanto apuro.

Con un Consejo de la Magistratura sospechado de “oficialista”, ¿cuántos jueces tendrán el valor de enfrentar al Ejecutivo y, en caso de corresponder, emitir un fallo que lo afecte negativamente o lo contradiga? ¿Cuánto duraría en su cargo el que tuviera el valor de hacerlo?


c) Se amedrentó a empresarios y a periodistas para que no hablaran o criticaran. Se los amenaza abiertamente desde la misma presidencia de la Nación y desde sus subordinados. Supongo que acá no saben si estoy hablando de Argentina o Venezuela. En este último país, los medios de difusión están siendo cooptados o directamente estatizados por el gobierno. El principal canal de TV abierta venezolano, de los pocos críticos que quedan, corre el riesgo de que pronto no le renueven la licencia y se le expropien las instalaciones. De esta forma, el gobierno dominaría la televisión por aire, que es a la que tiene acceso la mayor parte de los venezolanos. Los canales de cable o de señal directa, de menor penetración, están en manos de un grupo empresario en connivencia con el PE. Esto hace que los dueños del canal amenazado no tengan siquiera la opción de volverse una señal de cable.


d) Se destruyó a los partidos políticos existentes y diluyó a la oposición. ¿Por qué el gobierno no deja que el PJ se normalice? ¿Por qué intenta cooptar (con la “billetera” rebozante por la presión tributaria nacional récord) a los gobernadores radicales para sumarlos al partido oficialista, Frente para la Victoria ? ¿Por qué se infla como oposición a una versión moderada de las políticas que se están ejerciendo desde el poder? Por supuesto que tanto en Venezuela como en Argentina esto tiene que ver con la incapacidad de los políticos verdaderamente opositores, de izquierda y de derecha. Allá no supieron mostrarle a la gente el rumbo autoritario y personalista que llevaba Chávez y las diferencias con el camino recorrido por los países que se desarrollan y generan bienestar o sea los que respetan los derechos, instituciones, que estos sectores defienden. De hecho, muchos dijeron, si no puedes con ellos, únetele. Acá pasa exactamente lo mismo.


e) El gobierno fue asumiendo cada vez más funciones legislativas, hasta que recientemente, por ley, habilitaron a Chávez a legislar por decreto sobre cualquier materia, sustituyendo totalmente al Congreso. Acá el Legislativo sigue renovándole al gobierno un amplio permiso para legislar por decretos que deviene de la reforma constitucional del ´94 y a pesar de que las razones de transición que lo justificaban desaparecieron hace varios años. Además, los superpoderes, que el legislativo le otorgó a fines del año pasado, le dan la posibilidad de cambiar y reasignar a voluntad las partidas de gasto del Presupuesto.

No solo eso. Recientemente, al fijar el destino a subsidios de los recursos del aumento de 4 puntos porcentuales de las retenciones a las exportaciones de soja, el Poder Ejecutivo se arrogó la potestad de crear nuevo gasto por una simple Resolución del Ministerio de Economía; lo cual es el colmo de la inconstitucionalidad.


f) Aprovechó el boom del precio del petróleo para instrumentar un sistema de subsidios, asistencialismo y asignación de gasto e inversión pública para ganar voluntades. La recuperación generada con el reparto demagógico de recursos estatales, controles y congelamientos que distorsionan los precios y generan escasez, prohibiciones y estatizaciones, le granjeó el apoyo de una gran parte de la población que se vio beneficiada por estas políticas populistas. La poca convicción cívica de la población, “el estomago lleno” y la miopía de la gente fueron suficientes para transitar el camino al autoritarismo sin demasiada oposición. Esta historia, ¿no suena demasiado cercana?


g) A los ciudadanos que opinaban distinto se los amedrentó con fuerzas de choque, con controles estatales, con presiones, con el uso arbitrario del poder que tienen sus funcionarios, y con agresiones verbales presidenciales (además, de acusaciones de conspiradores, mercenarios de oscuros intereses o imperialismos), etc. ¿Vale la pena que haga algún comentario?

Es cierto que podemos encontrar algunas diferencias en los procesos que nos permitan pensar que no es nuestro caso, pero los procesos sociales son complejos y avanzan incluso más allá de lo que se propongan muchas veces sus propios protagonistas, por bienintencionados que sean.

A mí, esta pintura de Venezuela me incomodó. ¿A Ud. no?

Fuente: Crónica y Análisis

Autor: Aldo Abram