Idolidia Darias

Bitácora Cubana, 1 de enero de 2007

Ese bocadillo se repite en cada discurso, conferencia, baile popular, feria del libro, carnavales, reunión del CDR (Comité de Defensa de la Revolución), marcha patriótica o cita amorosa que se efectúe en Cuba.

Tiene edad y cumple 48 años el 1 de enero del 2007. Merece un espacio porque nos hace recordar todos los fracasos económicos, políticos y sociales de Castro antes, durante y después. A mí no me extrañaría que en algún instante de lucidez de esos que suelen tener los que han sido minados por el irreparable proceso de demencia senil aparezca en público echándole la culpa de su enfermedad a los Estados Unidos, en definitiva ese siempre ha sido su estilo –buscar un responsable y arrojarle toda la carga. El espectro comunicativo todavía puede aguantar más, ¡como no!

Hasta hay que leer y tragar en seco la noticia de que un grupo de jóvenes norteamericanos fue a Cuba en estos últimos días componiendo una brigada con el nombre de un conocido político y periodista norteamericano “a decirle al pueblo cubano que estamos en contra de la política de nuestro gobierno”.

Desde luego los jóvenes no visitaron las cárceles cubanas, ni preguntaron por qué Regis Iglesias, Normando Hernández, Léster Gonzáles Pentón, Miguel Galbán, Omar Rodríguez Saludes están en ellas hace ya casi cuatro años.

Pobres jóvenes norteamericanos, no saben lo que dicen. No conocen a Jorge Luis García Pérez (Antúnez) que muy joven entró en una prisión y ya se graduó de hombre en ella porque siempre ‘plantado’ ha dado forma propia a una generación cubana de marca mayor.

Habrá que perdonarle a la hija del periodista Henri Wallace, quien encabezó la conferencia de prensa en La Habana el jueves 28, lo que dijo. O habrá que echarle la culpa a los Estados Unidos de que ella y sus compañeros de viaje no vieron en la isla a miles de jóvenes cuyos futuros son oscuros y vacíos precisamente porque una tiranía feroz le trazó 50 años atrás un camino donde la primera orden fue ‘no emitir palabras en contra de la libertad de expresión”.

Tal vez Wallace la pudiera ayudar mejor si desde donde está le explica cuanto sufre un pueblo cuando sus mejores hijos no pueden ejercer la libre expresión.

O tal vez Guillermo Fariñas, si es que la hubieran dejado viajar la isla, ir a Santa Clara, reunirse con periodistas independientes le podría contar con esa elocuencia de la que es capaz cuando habla de libertad hasta donde llega ‘la culpa de Estados Unidos’ en Cuba.
http://www.bitacoracubana.com/desdecuba/portada2.php?id=3678

Nos vemos
Dirk
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