De «ricos» y «oprimidos»
Por RAMÓN PÉREZ-MAURA.
Consuela que aunque haya sido por una mínima diferencia, México haya elegido a un presidente que representa la antítesis de la ola populista que recorre Iberoamérica desde hace años. Pero la amenaza pende sobre las cabezas de los mexicanos.
Es bien sabido a estas alturas que el historial político de Andrés Manuel López Obrador es el de un agitador popular que emplea a las masas para alcanzar los objetivos que no puede lograr sólo con el respaldo de las urnas. Con esos precedentes y con una elección cuyo recuento provisional apenas da una ventaja de un punto porcentual al conservador Felipe Calderón no son pocos los que, con razón, temen ver desórdenes muy pronto.
López Obrador es un animal político con el instinto suficiente como para saber que sería un gesto excesivamente burdo el no aceptar los resultados y lanzar sus masas a la calle a disputar la legitimidad de la victoria panista. Eso le pondría en una situación política insostenible fuera de su país. Pero el notable músculo electoral que ha desplegado su Partido de la Revolución Democrática -músculo probablemente más fibroso que el del Partido de Acción Nacional- le pone en situación de fomentar desórdenes en cuanto el Gobierno de Calderón promueva las reformas que México necesita. Reformas que Fox no se atrevió a realizar, malgastando así su sexenio.
Concurre, además, el factor Chávez. El coronel venezolano es un conocido entusiasta de López Obrador. Consciente de que su aparición en campañas políticas de otros países no siempre es un motivo de auge para sus patrocinados -Bolivia tiene un contexto muy distinto de Perú o México, como se ha demostrado en las urnas- Chávez se ha mantenido alejado físicamente de esta contienda. Mas a nadie se le oculta que sus modos y proyectos son los de López Obrador. Como quiera que ya en el pasado Chávez y sus patrocinados -como Evo Morales- han demostrado que consideran positivo contestar la legitimidad democrática desde la calle, no parece aventurado imaginar que el repliegue de López Obrador sea sólo táctico.
El candidato del PRD ha liderado las encuestas durante años, mientras que Calderón irrumpió tarde en la contienda y su ascenso ha sido al final de la campaña porque no tuvo tiempo de darse a conocer antes. El peligro ahora es que López Obrador no reconozca el limpio resultado de las urnas que reflejan la voluntad de los mexicanos y quiera emboscarse para tender una trampa y expulsar del poder a ese «oligarca». No en vano, Andrés Manuel López Obrador no se ha cansado de repetir a lo largo de la campaña que ésta era una carrera entre «ricos» y «oprimidos». Y todos sabemos que cuando alguien escoge definirse como «oprimido» es porque ve en ello una legitimidad para quedarse con los bienes del «rico».

http://www.abc.es/20060705/opinion-firma...0607050818.html

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Castrocomunismo: Sistema asimétrico de desgobierno que para cada solución tiene un problema.
Democracia alemana: sistema de gobierno financiado con barril sin fondo a costa de germanos devotos y sumisos, a quienes se les cobra por valor agregado, aportes de solidaridad o impuestos politicos declarados por falta de competencia e ineptitud de sus politicos.

Soweit ich erfahren habe geht das ganze Leben der Mexikaner nicht ohne rechten Dingen zu...ergo auch die Wahlen nicht. Das war schon beim PRI so.
Die Korruption ist schon so verwurzelt, das man schlecht davon Herr werden wird. Das gilt nicht nur für Mexiko sondern bis Feuerland mehr oder weniger.
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Democracia alemana: sistema de gobierno financiado con barril sin fondo a costa de germanos devotos y sumisos, a quienes se les cobra por valor agregado, aportes de solidaridad o impuestos politicos declarados por falta de competencia e ineptitud de sus politicos.

ELECCIONES EN MEXICO : LA PUJA ENTRE EL OFICIALISTA DE DERECHA CALDERON Y EL SOCIALDEMOCRATA OPOSITOR LOPEZ OBRADOR

México: admiten que existen 3,4 millones de votos en duda

Lo dijeron las autoridades electorales. Son sufragios que no fueron sumados al escrutinio general por diversos problemas. Es un dato importante ante la diferencia de 400.000 votos entre los dos postulantes.

DEMANDA. Un mexicano con un diario local, que titula con la denuncia del socialdemócrata López Obrador sobre los votos no contabilizados. (AFP)

Claudio Aliscioni MEXICO DF. ENVIADO ESPECIAL
caliscioni@clarin.com

Un ingrediente relevante se sumó ayer a la tensa situación electoral en México, que podría alterar el resultado de los comicios del domingo, los más reñidos en la historia del país. Fue luego de que el Instituto Federal Electoral (IFE) admitiera que hay unos 3,4 millones de votos con problemas o "inconsistencias" que aún no fueron contabilizados en los resultados preliminares que dan provisoriamente la victoria al candidato ofi cialista, Felipe Calderón.

El hecho es de gravitante importancia porque hasta ahora un conteo preliminar del mismo instituto, basado en el 98% de las mesas electorales del país, asegura que el postulante del Partido de Acción Nacional (PAN) lleva la delantera por apenas 402.000 votos: 36,38% en favor de Calderón contra 35,34% para Andrés López Obrador, del centroizquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD). El domingo, el IFE había postergado hasta hoy el anuncio de un resultado final porque, siendo tan estrecha la diferencia, era necesario contar con todos los sufragios para emitir un veredicto.

"En las actas de votación que nos llegaron el domingo en la noche, en la madrugada, o el lunes temprano, hay algunas que tienen inconsistencias", dijo el consejero presidente del IFE, Luis Ugalde. Son errores cometidos en el llenado de las actas por los responsables de las mesas electorales. Esas actas con fallas no se incluyeron en el programa de recuento provisorio que da el primer lugar a Calderón y se colocaron en archivos aparte, a la espera de ser nuevamente revisadas desde hoy a la mañana, como lo establece la ley.

El anuncio ha dejado aquí con el corazón en la boca a más de uno porque es un número respetable como para alterar la elección. La declaración de Ugalde —bajo intensa presión desde todos los ángulos— se produjo horas después de que el centroizquierdista Andrés López Obrador, candidato del Partido de la Revolución Democrática (PRD) afirmara que, según sus cuentas, hay cerca de 3 millones de votos "extraviados" que le darían el triunfo.

"Gano en 155 de 300 distritos y no gano la presidencia. Ganamos en 16 estados del país (sobre 32) y no gano la presidencia. Gano en el Distrito Federal, el Estado de México y Veracruz, los tres estados más poblados y no gano la presidencia ¿Qué está pasando? Es la pregunta que queremos hacer", aseguró ante la prensa antes de ratificar que exigirá un recuento exhaustivo. El candidato, sin embargo, se negó a hablar de fraude y dijo simplemente que había una "manipulación" o "irregularidades".

El intríngulis matemático tiene que ver con el padrón de votantes y los votos emitidos y contados. De los 71 millones de electores sufragó el 59%, es decir, casi 42 millones de ciudadanos. La proyección que le da la victoria a Calderón contabiliza cerca de 39 millones de sufragios. La diferencia son esos 3 millones de votos que debe ser revisados.

Calderón ratificó ayer que está convencido de la victoria y, como virtual nuevo jefe de Estado, tendió una mano a su rival del PRD para formar un gobierno de coalición. A su vez, uno de sus principales asesores y quien suena como candidato a la cancillería, Arturo Sarukhan, dijo a Clarín que "todo este asunto de los 3 millones de votos no modificará en nada la tendencia en favor de Calderón".

El PAN viene presionando a Ugalde para que declare a Cal derón oficialmente como triunfador y también sufre el acoso del PRD, que quiere prolongar lo más posible ese trámite. Ayer, Roberto Madrazo, del Partido Revolucionario Institucional (PRI) —tercero, con el 21% de los votos— reconoció a Calderón como triunfador, adelantándose al veredicto final del IFE.

Todos los mexicanos están con el corazón en la boca en razón que las elecciones, formalmente, aún no han concluido. Algo inusual en el sistema político mexicano, que estuvo dominado entre 1929 y 2000 por el PRI, en un virtual régimen de partido único. Ayer se confirmó en toda su cabal dimensión la catastrófica derrota de Madrazo, su candidato, que no ganó ni siquiera en la mesa donde votó.

Debido a la extrema paridad, el IFE se ha convertido en la niña bonita de estos comicios. Ante un grupo de periodistas, entre ellos Clarín, su presidente sostuvo que había "inconsistencias" en algunos de los votos, pero no dio más detalles. En una larga entrevista concedida ayer a Televisa, en cambio, su explicación fue completa acerca de lo que se cumplirá desde hoy.

—¿Qué pasa con esos 3 millones de votos de que habla López Obrador?

—Hay algunas actas que tienen inconsistencias y decidimos con los partidos que esas actas debían ponerse en un archivo aparte. Eso explica esta diferencia.

—¿Esos 3 millones de votos cuentan?

—Sí, claro que cuentan. Son actas que hay que revisar con los partidos...

—Estando tan cerrado ¿no parece prematuro sacar conclusiones de un ganador?

—El IFE no dio conclusiones. Solo dijo que la base legal para decir quién tiene más votos son los cómputos de mañana (por hoy).

Ese recuento podría prolongarse al menos hasta el domingo, según los indicios que se manejaban ayer en esta capital. Tanto el PRD como el PAN ya han designado a sendos ejércitos de abogados para volcar las tablas en su favor. Al mismo tiempo, al parecer, hay negociaciones entre el PAN y el PRI para apoyarse mutuamente. Lo que se ignora es cuándo acabará todo esto. Si el domingo hay inconformidades, los partidos tienen cuatro días para impugnar. El 31 de agosto es la fecha límite. Nadie descarta aquí que México esté a las puertas de una larga batalla judicial.

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