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Hay tres tiburones que se fueron de vacaciones para el Caribe a pasar el verano.

Quando dos se encuentran en septiembre, el primer tiburón, gordo y rosado dice:

- Mi hermano, ¡me pasé unas vacaciones deliciosas en Cancún! y me comí unos mejicanos con sabor picante que estaban estupendos!!

El otro tiburón, también con unos kilos de mas, le reponde:

-Pues yo me fui para Jamaica y me comí unos nativos con olor a marihuana y todavia estoy con tremenda nota...

En eso llega el tercer tiburón, con un aspecto que daba lástima...todo hecho leña.

-¡¿Y a ti que te pasó?!

-No me digas ná, compadre. Se me ocurrió irme pá Cuba y cuando estaba doblando por el Morro, se subió una vieja en el malecón y gritó:

-¡¡¡Llegó el pesca'o...!!!!

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Los cubanos somos muy envidiosos y no protestamos tanto por lo que nos falta, sino por lo que otros tienen que nosotros no (que parece lo mismo, pero tiene una pequeña diferencia semiótica y semántica).

Es así que un día Perucho se mete en el patio de Pepe, un vecino, y le roba una pila de trastos, pensando limpiarlos para vender lo que se pudiera y en medio del laterío aparece una lámpara.

"¿Será una lámpara maravillosa?" se pregunta Perucho mientras la frota... y acto seguido ¡pram! aparece un genio.

-Por haberme liberado de la lámpara, te concederé tres deseos. Pero como ésta lámpara era de tu vecino, le concederé a él el doble de lo que tu pidas.

Ahí el Perucho se puso contento y le dijo al genio:

-Entonces, oh genio, quiero 1000 dólares.

-Concedido -dice el genio.

Y aparecieron frente al genio los 1000 dólares, en una bolsa de cuero. Entonces se escucha de la casa de al lado:

-¡Coñóoo! 2000 dólares!... ¡Se me acabó el bloqueo!

Medio ofendido, Perucho le dice al genio:

-Quiero 6 de las más bellas cubanas que puedas imaginarte, las 6 bailando encueros para mí.

-Concedido.

Y se escucha de la casa de Pepe:

-¡Ay, chico, qué vacilón! ¡Doce gevitas bailalando para mí!

Completamente enojado, el Perucho le pide al genio:

-¡Quiero que me desaparezcas un huevo!

-Concedido.

Y se escucha al lado un grito de terror:

-¡Cojooooones!...

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