Cine alemán: "La vida de los otros"


Florian Henckel von Donnersmarck, Director de la película
En el 2006, llamó la atención el joven realizador Florian Henckel von Donnersmarck con su sorprendente éxito "Das Leben der Anderen" (La vida de los otros), película que recibió el Premio de Cine Alemán en la categoría oro y que ha sido ganadora del Oscar en la categoría Mejor Película Extranjera. Este conmovedor drama sobre un colaborador de la “Stasi” (polícia secreta de la República Democrática de Alemania) ha atraído a los cines alemanes a 1.6 millones de espectadores y ha sido vendido en unos 30 países, entre ellos Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos.


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Gabriela Santos del Olmo:

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Notas sobre la película: "La vida de los otros"


“Un culpable soporta un interrogatorio largo, continuo. Un inocente no lo soporta. Un culpable además, llora. El interrogatorio exhaustivo, es la mejor manera de saber la verdad.”


Estas son las enseñanzas del rígido capitán de la Stasi, Gerd Wiesler (Ulrich Mühe) quien imparte clases a los alumnos de la escuela de espionaje de Alemania del Este. Corre el año de 1984. La Stasi siglas del Ministerio de Seguridad del Estado en Alemania del Este era probablemente el organismo mas eficaz de seguridad interna durante la Guerra fría. La Stasi poseía los archivos de más de 6 millones de ciudadanos de la extinta Alemania del Este, es decir, un tercio de la población total.


Los alumnos escuhan con atención una grabación de audio, donde el profesor de espionaje Gerd Wiesler interroga a un sospechoso de conspiración contra el régimen socialista, es un interrogatorio exhaustivo al grado de la tortura psicológica. Uno de los alumnos increpa a Wiesler y le pregunta porqué hacer algo tan inhumano.

Gerd Wiesler discretamente tacha en la lista de alumnos, el nombre del chico que lo cuestionó. Wiesler responde terminando de reproducir la grabación, después de varias horas de interrogatorio continuo, el sospechoso confiesa , la clase termina.

Gerd Wiesler es uno de los espías más eficaces y le han designado un nuevo caso: el escritor Georg Dreyman (Sebastian Koch) y su pareja la bella actriz Christa - Maria Sieland (Martina Gedek).

Wiesler debe de investigar si la pareja es sospechosa de conspiración y asiste a una función de teatro escrita por Dreyman y actuada por Sieland. Wiesler observa con detalle los gestos y las actitudes de la pareja. Christa–Maria actúa su papel con vehemencia. Mientras el escritor observa emocionado su propia obra. Wiesler queda fascinado con la pareja. Hay algo en ellos que a sus ojos resulta sospechoso; parecieran libres.


El diagnóstico es positivo, se designará un operativo completo. Se colocarán micrófonos en todo el apartamento del escritor, se interferirá el teléfono y el timbre de la puerta. En el cobertizo del piso más alto del edificio donde habita Dreyman, se establecerá el centro de operación, donde el capitán Gerd Wiesler, día tras día escuchará con detalle la vida de los otros, hasta encontrar una palabra de conspiración, una señal de indisciplina.


Y es entonces cuando ante los oídos de Wiesler comienza a surgir la verdad. En la pareja de artistas sólo uno es verdaderamente libre: el escritor. La actriz es drogadicta, depresiva, insegura y débil. A diferencia de ella, el escritor tiene una idea certera de que la vida tiene un curso y ese es el que le tocó vivir: Alemania del Este. Su instinto siempre creador, se une a su instinto de supervivencia y decide escribir dentro de los márgenes del régimen, obras que estimulen la esperanza humana del cambio y de la libertad individual, más allá del régimen bajo el cual se encuentren. El Ministro de Cultura de Alemania del Este Bruno Hempf, (Thomas Thieme) comenta irónicamente al escritor terminando la obra de teatro: “Por eso me gustan sus obras Dreyman, por la esperanza que emanan, sin embargo tanto usted como yo sabemos perfectamente que las personas nunca cambian”.


Dreyman sabe que una ligera crítica al estado, sería el fin de su carrera como escritor, igual que a muchos de sus amigos que fueron integrados a la “lista negra” del régimen y por lo tanto están inactivos y sus carreras acabadas,

Wiesler informa a sus superiores ésta forma de pensar del escritor, que en nada perjudica al estado, sin embargo, a uno de ellos, el Ministro Hempf no le interesa el diagnóstico de Wiesler. Hempf está teniendo un affair con Sieland, novia de Dreyman. La actriz se siente abrumada por la actitud persecutoria contra ella y su novio por lo que acepta las proposiciones amorosas del Ministro Hempf a cambio de la seguridad del escritor, de ella, y a cambio drogas. Al ministro Hempf le conviene quitar del camino a su rival el escritor Dreyman por lo que prolonga el trabajo de Wiesler exigiendo que la búsqueda de señales de conspiración, sea obsesiva y que de preferencia, se encuentre “algo” que permita llevar a la cárcel o inhabilitar como artista del régimen a Dreyman.


La inestabilidad emocional de Sieland y el suicidio del escritor Albert Jerska (Volkmar Kleinert) inhabilitado como artista, integrante de la lista negra y mejor amigo de Dreyman, orillarán a Dreyman a tener una actitud más crítica contra el régimen y a comenzar a idear una conspiración intelectual contra el sistema político de Alemania del Este.

No sólo sus amigos escritores se han dado cuenta que necesitan de la inteligencia y la sensatez de Dreyman para su lucha contra el régimen, también Wiesler, en el escondite dónde vive la vida de los otros, día tras día es testigo del espíritu siempre creador y libre del escritor. Wiesler comienza a sentir empatía por Dreyman. Ante sus oídos se comienzan a abrir las puertas del amor, del arte, la literatura, la música, la libertad, y su vida comienza cambiar, Cuando Dreyman se integra a la conspiración, Wiesler se encuentra en la encrucijada de ser leal al régimen o de delatar al hombre que lo ha enseñado a ser libre.

Es entonces cuando el escritor, la actriz y el espía comienzan a ser piezas de un juego muy peligroso que quiebra la estabilidad emocional de los personajes, y que favorecerá de manera temporal a un régimen en clara decadencia.

Esta película del joven director Florian Henckel von Donnersmarck (1973), y concluída en 2006, cuenta con un impecable guión, con una cámara imperceptible y con una realización que centra su fuerza en la complejidad de los personajes que sorprenden por la cantidad de matices que presentan.

Esta película ha ganado innumerables premios internacionales, entre ellos, el Oscar a la mejor película extranjera.

La vida de los otros puede ser leída desde un punto de vista reduccionista como el reflejo de las inhumanas condiciones de vida impuestas por el régimen socialista de la Antigua Alemania del Este. Sin embargo esta lectura limita los alcances de la película. El espionaje, el control social, la censura en el arte, son factores que se sufren en todo régimen politico. La vida de los otros tendría que analizarse desde un punto de vista más objetivo: las personas como rehenes de los sistemas politicos “imperantes” y por lo tanto represores

La vida de los otros como el reflejo de la lucha de dos sistemas, uno floreciente y el otro en agonía, por lo que se ensaña a la vida al costo que sea, inclusive matando.

Sistemas políticos en pugna. En uno, todos tendrán acceso al conocimiento, pero siempre habrá un límite. En el otro unos escalarán encima de los otros, una y otra vez sin límite alguno. Imperfectos.

La vida de los otros como el reflejo de la devastación humana frente a los intereses politicos y económicos, indefinidamente.

La vida de los otros como súplica a la búsqueda de nuevas teorías y alternativas.


Junio de 2007 (CAI)